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En Elepants estamos comprometidos con el cuidado del planeta. Por eso, queremos hacer oír la voz de quienes luchan cada día por un futuro más sustentable. Conocé a Tati Besada, una exploradora de conciencia verde.

Agustina “Tati” Besada tiene 36 años, es cofundadora de Unplastify  y referente ambiental. Su lucha está encausada en concientizar sobre el exceso de uso de plásticos y el impacto negativo que estos generan en el océano y en la naturaleza. Es exploradora de National Geographic y buscadora de un futuro mejor. ¿Su objetivo? “desplastificar el mar”.

P: ¿Cuándo sentís que fue la primera vez que te cayó la ficha y dijiste “esta va a ser mi misión”? 

R: Estudié diseño industrial y desde entonces me empezó a llamar mucho la atención el tema de los residuos y la cantidad de valor desperdiciado que había en ellos. Un poco persiguiendo esta curiosidad, terminé como directora en un centro de reciclaje en Estados Unidos, después de estudiar una maestría afuera. Ahí creo que hice click con los plásticos, al ver enormes volúmenes de material pasar por el centro de reciclaje todos los días. Trabajar rodeada de montañas de plástico me hizo empezar a buscar más para entender la problemática y sus soluciones.

P: Acabás de volver de la COP 26, el evento global de Naciones Unidas por el cambio climático. ¿Qué reclamos fuiste a defender y qué insights trajiste de esa experiencia? 

R: Fui en representación de la Asociación Civil Sustentar (@asociacionsustentar), donde lidero el área de economía circular. Participaba de algunos eventos en los que se planteaba la intersección y el rol de los privados, de la industria y el sector productivo, en esta transición que necesitamos. Por otro lado, creo que uno de los mensajes que más mencioné fue la necesidad de tener un abordaje integral: mucho se habla en la COP del cambio climático, pero hoy en día nos damos cuenta de que el problema socioambiental es amplio y necesitamos abordarlos de manera integral. Sin dejar de profundizar en los temas, pero no podemos mirar un solo aspecto sin contemplar a los otros. Eso es lo que necesitamos.

P: ¿Es una utopía desplastificar el mundo cuando el plástico es uno de los materiales más usados de manera global? 

R: Unplastify es una utopía y una visión que planteamos de un mundo desplastificado, que no quiere decir un mundo sin plástico. Lo que impulsamos es frenar los descartables, no usar un material indestructible de manera descartable. Estos representan el 45% de los plásticos que usamos. Reduciéndolos y reemplazándolos, siempre que se pueda, es una buena manera de empezar, así podemos generar cambios sistémicos.

También hablás mucho de que cada uno tenga su propio “kit desplastificante”. ¿Cómo se arma ese kit? ¿Qué objetos debería tener sí o sí?

Tiene un poco que ver con los hábitos de cada uno. En mi caso, siempre tengo una botella reutilizable de agua (tengo varias y las voy rotando) en el bolso, la cartera o el auto. Otro ítem que está bueno es tener un kit de cubiertos, por si querés comer algo fuera de tu casa que no sea la opción de empanada o sándwich. Y lo esencial: llevar una bolsita enrollada adentro de la mochila. Es clave, porque suele pasar que uno se encuentra con alguna compra inesperada. Yo con esos tres me arreglo. También podés llevar tazas de café, sorbetes… cada uno elige cómo lo arma. Lo importante es incorporar en nuestra vida cotidiana este kit desplastificante para tenerlo siempre con nosotros. 

P: ¿Hay legislación en nuestro país que regule el uso y los circuitos productivos vinculados al plástico? ¿Cuáles son? ¿Se cumplen o no?

R: Si bien a nivel nacional hay dos regulaciones: una que prohíbe los plásticos de un solo uso en parques nacionales y otra que prohíbe la producción y uso de microperlas (microplásticos que se ponen en algunos productos cosméticos, de limpieza o higiene bucal), pero lo que es muy llamativo es que hay mucha legislación a nivel municipal. Hay más de 80 municipios que tienen regulaciones que limitan el uso de plásticos descartables: algunos enfocados en bolsas, en vajilla plástica… Creo que este tipo de impulso es fundamental. 

P: ¿Qué implica ser una exploradora de National Geographic? 

R: Todo empieza con una propuesta de un proyecto que queda seleccionado y National Geographic Society en Washington decide apoyar. Una vez que entrás a esa comunidad es un sinfín de oportunidades, eso es lo más interesante de este rol, de este título que me toca. Intercambiar con otros exploradores de la región, del mundo, aprender, ser invitada a distintas oportunidades… ahora estamos preparando desde Unplastify una propuesta conjunta con Jenna Jambeck, una de las líderes y referentes de la ciencia y la investigación en plásticos. Este es el tipo de oportunidades que se dan en el marco de ser exploradora.

P: Si el océano hoy pudiera hablarnos, ¿qué pensás que nos diría?

R: Lo primero que se me ocurre es “¡¿Me estás cargando?!, ¡no soy inagotable! No podés seguir vertiendo pensando que soy infinito, que soy inmenso, y dejando escapar tantos contaminantes que dañan todo el ecosistema marino”. Creo que hay un tema que la raza humana ha dado por descontado muchos años, que es la idea de un océano y una naturaleza infinitos que se regeneran. Estamos abusando un poco de eso, tenemos que ajustar nuestros comportamientos, nuestros patrones de consumo, para poder tener una relación más sana con el ambiente que no es externo a nosotros, es parte y fundamental para la vida humana.

P: ¿Sos optimista con respecto a la lucha medioambiental? ¿Y cómo se lidia cuando las cifras no acompañan o los pronósticos del tipo “si no hacemos algo ya, está todo mal” se instalan? 

R: Ser optimista en este rubro es fundamental, pero por otro lado creo que hay que ser realista y hay que entender cómo se puede avanzar sin abrumarse, cómo se puede incentivar estratégicamente el cambio hacia donde queremos ir. Es importante que ese optimismo se base en realidad y en estrategia. Los mensajes tremendistas de “si no hacemos algo ya, nos vamos al tacho”, no ayudan. El ambientalismo, durante muchos años, ha desencantado a alguna gente que se horroriza o se paraliza con un mensaje tan negativo. Si bien hay que transmitir un sentido de urgencia, es importante tener un enfoque positivo y de invitación al cambio hoy, dando herramientas concretas que permitan avanzar en la dirección correcta.

P: Además de cuidarlo y preservarlo, ¿qué otros sentimientos te unen al océano? ¿Qué cosas sentís que vos le das a él y él te da a vos? 

R: En 2018 crucé el Atlántico en velero y vi con mis ojos la realidad del plástico, sentí que somos habitantes de este planeta y de que es mucho más grande que nosotros, que estamos invitados, de alguna manera. Me generaba una sensación de casi fragilidad, porque yo dependía de las condiciones climáticas, de que no haya demasiadas olas, de que no venga una tormenta. Cuando uno pone en perspectiva, el océano nos invita a reflexionar con esa inmensidad que parece que tiene, con esa enormidad que nos invita a pensar en lo chiquitos que somos y en el impacto inmenso que podemos tener, para bien o para mal. Tenemos que elegir qué tipo de impacto queremos hacer. 

5 cosas que podés hacer HOY para desplastificarte

1- Hacer una lista de todos los plásticos con los que uno interactúa en la vida cotidiana. 

2- Elegir uno (¡solo 1!) para empezar a eliminar a partir de hoy.

3- Comprometernos a evitarlo durante 21 días, que es el tiempo que uno tarda en incorporar un hábito. En este tiempo seguro aparezcan desafíos, recaídas… la idea es empezar a eliminar ese plástico. 

4- Invitar a nuestra familia, amigos, colegas a que hagan lo mismo. 

5- Pensar una estrategia para hacérsela fácil a ellos y facilitar la desplastificación de nosotros y nuestras comunidades.

Cifras para tomar consciencia

8

millones de toneladas de plástico entran a los océanos todos los años.

9

de los plásticos que desechamos son efectivamente reciclados.

45

Cada uno de nosotros consume, al año, 45 kilos de plástico.

42

de esos consumos son empaques o envases, es decir, plásticos descartables.